Publicado: 6 de Abril de 2020
En una cruzada contra tu propio corazón,
pueden pasar dos cosas.
Que te pases toda tu vida engañándote a ti misma
haciendo estúpidos castillos en el aire,
o que llegue ese fatídico pero también ansiado día en el que,
aunque se te rompe el corazón en mil pedazos,
ves la realidad delante de tus narices.
Y ya no puedes seguir soñando más.
Se acabó. THE END.
Al fin eres capaz de ver la verdad, enhorabuena!.
Ella no te quiere.
Bueno si, "pero no de la misma manera que tu".
Estas hasta las pelotas de esa frase.
Pero al fin la has digerido.
Y se te ha atragantado, pero da igual, a quien le importa.
Ella.
Su risa.
Su mirada.
Sus besos.
Su forma de acariciarte.
Su forma única de hacerte sentir especial.
Ya son solo recuerdos.
Quizás siempre lo fueron.
Quizá te debiste quedar en esos cinco años soñados con ella.
Probablemente ese tendría que haber sido el principio del fin.
La sola mención de su nombre te hace llorar.
Aunque sea tu mente la que la mencione.
Ese puto nombre que solo provoca seísmos en tu vida.
Y a pesar de todo, esa puñetera ansia en el pecho de protegerla, de cuidarla...
De amarla.
Porque la sigues amando.
Y no sabes cuando ostias lo vas a superar.
Una parte de ti cada vez más grande está agotada,
cansada de estar a la sombra esperando a que te dedique cinco minutos de su tiempo.
Te tiene engañada, te tiene ROTA.
Quieres explotar y decirle adiós, decirle hasta nunca.
Te preguntas cuando llegará ese día.
Porque... Lo necesitas.
By Bei Cooper